Nuestro Bosque Comestible

Acerca de la finca

Fue la llamada de la tierra lo que les movió a buscar una parcela de terreno en la que “construir” lo que llaman Nuestro Bosque Comestible. Carmen Fernández González, terapeuta masajista de profesión y Ricardo Wolter Barcia, jubilado, ambos agricultores ecológicos por vocación, encontraron esa parcela en Visvique (Arucas) donde “dejan” crecer todo tipo de plantas, flores y árboles frutales tropicales, en 5.000 metros cuadrados de una tierra que encontraron sobreexplotada y empobrecida, tras diez años de abandono y que vecinos y técnicos auguraron que sería imposible que de esa tierra saliera nada. Sin duda erraron en sus pronósticos y así lo reconocieron, meses después, los mismos técnicos del Cabildo de Gran Canaria que, sorprendidos, calificaron de “increíble y alucinante” la biodiversidad que habían creado, añadiendo que era como “ir a un botánico”.

El nombre de Nuestro Bosque Comestible responde a lo que sus propietarios quieren lograr: que en cualquier época del año haya algo para comer. “Por eso hemos plantado árboles tropicales de todo el mundo, para tener fruta todo el año, ir caminando y poder coger la fruta del árbol y comerla”.

La finca está situada junto al barranco de Cardones, del que solo la separa un muro centenario que la protege del agua cuando las lluvias hacen correr el barranco. En realidad es una zona con un microclima especial para los árboles y plantas tropicales y a eso se dedican Carmen y Ricardo. Su mayor deseo es demostrar que en Gran Canaria estos cultivos son posibles. Y así, durante una visita guiada por los 5.000 metros de la finca, Carmen, pero sobre todo Ricardo, van señalando y “cantando” los nombres, algunos impronunciables por desconocidos, de las plantas, flores y frutales procedentes de países sudamericanos y asiáticos de los que conocen todas las propiedades y curiosidades. Conscientes del desconocimiento general sobre algunas de las especies de Nuestro Bosque Comestible y con el deseo de compartir su experiencia, crearon una página bellísima en Facebook que permite conocer con fotos y videos, permanentemente actualizados, el día a día de cada una de las plantas, su procedencia, sus características, sus propiedades y el estado en que se encuentran.

Calendario de producción

María del Carmen Fernández González y Ricardo Wolter Barcia

Forma de comercialización

Autoconumo aunque quieren empezar a hacer venta directa y en tiendas ecológicas.
Marca
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Frutas y Verduras y hortalizas

Fruta tropical: Pitaya, achiote procedente del Amazonas, guama, guayabo de Brasil, carambola, carissa, glicina, casuarinas, lichis, frambuesas, guanábana, maracuyá, moringa, tulsi, albahaca sagrada de la India, lavanda, romero, tomillo, pasiflora, rosales, escarolas que eligen el lugar donde crecer y calabazas de cabello de ángel.

En esa página, fiel reflejo de lo que producen en su bosque, se muestra una gran variedad de especies de árboles, de plantas aromáticas, de algunas hortalizas y de flores, algunas de ellas como la feijoa de exquisito paladar y una gran belleza. Pitaya, achiote procedente del Amazonas, guama, guayabo de Brasil, carambola, carissa, glicina, casuarinas, lichis, frambuesas, guanábana, maracuyá, moringa, tulsi, albahaca sagrada de la India, lavanda, romero, tomillo, pasiflora, rosales, escarolas que eligen el lugar donde crecer y calabazas de cabello de ángel para que las abejas obtengan polen, entre otras muchas especies, que hacen de este bosque un verdadero laboratorio de botánica, que muy pronto quieren abrir a visitantes que deseen disfrutar de una visita guiada. La mayoría de estas plantas las adquirieron del Cabildo de Gran Canaria y algunas de ellas pueden también contemplarse en diferentes jardines de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

El silencio de este bosque comestible solo lo rompen las gallinas y las ocas que campan a sus anchas y que suministran parte del abono que utilizan para alimentar la tierra. También tienen abejas, varias colmenas de las que ya recogen abundante miel.

Carmen reconoce que partieron de cero como agricultores y que aprendieron gracias a los cursos del Cabildo de Gran Canaria. “Sentimos que teníamos que hacer algo, cultivar algo, pero salirnos de lo típico, ir más a una agricultura que te conecte con la tierra, que fuera parte de nosotros, queríamos escuchar a la tierra y poner un proyecto en marcha trabajando con ella, no contra ella”.

Pero no ha sido fácil, han trabajado intensamente y de manera continuada durante los seis últimos años, “venimos entre 4 y 5 horas a trabajar, los siete días de la semana”. Es un trabajo duro que de momento no les aporta nada económicamente porque, para que los árboles empiecen a producir, deben pasar tres o cuatro años y para poder tener una venta importante, al menos cinco. De todas formas, algunos de los frutales y de las hortalizas plantadas ya están empezando a dar fruta. “El año pasado pudimos probar algunos de ellos y éste lo estamos haciendo algo más, y creemos que el año próximo ya podremos hacer pequeñas ventas de algunos de nuestros productos que es nuestro principal objetivo. De momento no hay mucha producción, pero queremos demostrar que se puede hacer un proyecto desde cero y que además dé para vivir”.

La comercialización de sus producciones, tienen prevista hacerla en tiendas ecológicas y esperan que funcione el boca a boca. “Invitaremos a nuestros clientes a que vengan, vean y disfruten de este lugar que es muy especial”.

Carmen y Ricardo no tienen dudas, afirman con rotundidad que la agricultura ecológica es el futuro. “La tierra es lo más importante que tenemos. En una isla, el mar no es lo más importante, es la tierra y eso es lo que debemos enseñar a los jóvenes y nuestros políticos tienen que implicarse para impulsar ese cambio mental tan necesario. Ya se hizo, de hecho en una ocasión, cuando se prohibió fumar en los bares. Con lo difícil que parecía, se consiguió”.