Pasó del sector del automóvil a la agricultura, él dice que se reinventó y no lo pudo hacer en mejor lugar. La finca de Salvador Suárez Afonso está situada en pleno Parque Rural Doramas, en el barrio de San Antón, en Firgas, a 525 metros sobre el nivel del mar, donde también vive con su familia.
Reconoce que pudo cambiar de vida porque la finca, de dos hectáreas de superficie, es propiedad de sus padres. “Tenía los medios para poder empezar, lo que yo hice no se puede hacer sin recursos, luego hay que mantenerse y seguir creciendo para poder vivir de esto”.
La finca nunca se cultivó, así que él tuvo una dura tarea para ponerla en explotación, tarea que comenzó en el año 2017 con cultivo convencional. Una forma de cultivo, que según afirma, no le convenció por los productos que debía utilizar, así que decidió formarse para, en 2019, empezar a producir en ecológico. En estos momentos cultiva las dos hectáreas con hortalizas como brécol, tomate y papas, sobre todo, y fruta como kiwi, limones pomelos, ciruelas, aguacates y castañas, entre otras. Obtiene producciones anuales que oscilan entre los 8.000 y 10.000 kilos de brécol y papas y entre los 15.000 y 20.000 kilos de tomates.
Lo primero que sorprende de su finca es ver los tomates de distintas variedades, plantados al aire libre y a 525 metros de altitud. “Quienes plantan tomates en las zonas donde se hace tradicionalmente me dicen que estoy loco. Es cierto que al aire libre hay poca producción de tomate, pero yo he aprendido mucho y, por eso, este año la producción va muy bien. He hecho todos los cursos que me exigieron y más porque afortunadamente la formación la podemos obtener on line y hay muchos divulgadores expertos en agricultura ecológica y en todo tipo de cultivos”.