El primer semillero ecológico de Canarias lo creó Ángeles Marrero Rodríguez hace 20 años en La Cantonera, su finca de Casablanca, en Firgas. Aún lo mantiene a un pequeño nivel, a pesar de la aparición de grandes empresas con cuyos planteles no puede competir. Sin embargo, son aún muchos los clientes que acuden a ella porque, aunque su plantel es un poco más caro, “lo prefieren porque es más fuerte, más resistente”. El invernadero con una extensión de unos 600 metros cuadrados es ahora también un vivero con plantas ornamentales y medicinales que vende a particulares y a otros viveros de la isla. “Fue una manera de aprovechar una infraestructura muy costosa que había creado”.
En la actualidad Ángeles gestiona dos fincas, la de Casablanca, en la que además del vivero cultiva hortalizas y otra de plataneras en Visvique, Arucas, con una extensión total de 8.000 metros cuadrados, de los que cultiva, 2.500 en la primera y 1.500 en la segunda.
Las dos fincas reciben el nombre de La Cantonera y de las dos salen los productos que comercializa con la marca ECOenCASA y que ella misma reparte a domicilio cada 15 días. Su forma de venta es a través de correo electrónico o de WhatsApp, que envía todos los miércoles a su amplia clientela con un listado de productos. Procura incluir los productos que ella misma cultiva, pero también compra a otros productores ecológicos de las islas y de la Península para cubrir todas las necesidades de sus clientes. Cada 15 días reparte, ella misma, entre 400 y 500 kilos de productos. El contacto directo con sus clientes es para ella muy importante porque les informa de la calidad de los productos ecológicos de cómo se cultivan y de sus propiedades y sobre todo de los beneficios de la tierra de esta forma de cultivar. Con estas informaciones dice que es más fácil entender por qué los precios son un poco más elevados que los de los productos convencionales. También comercializa su marca en tiendas ecológicas como La Zanahoria, Tajinaste y La Huerta de May, con quien compra de forma conjunta a empresas ecológicas de la Península, los productos que ella no tiene y así optimiza los costes de transporte.