Finca El Viso, Adesco Canarias.

Acerca de la finca

La finca de El Viso, cedida por el Cabildo de Gran Canaria al Ayuntamiento de Telde y gestionada por la Asociación para el Desarrollo de la Economía Social y Comunitaria (ADESCO) desde 2016, es un proyecto de emprendeduría, relacionado con la agricultura ecológica, el medio ambiente y la economía circular  que trabaja con personas en precariedad laboral.   

 El objetivo fundamental de ADESCO, según Javier Aparici y Ángel Ramos, presidente y secretario de la Asociación, es poner en producción hortícola/ecológica las parcelas de cultivo de la finca de cuatro hectáreas de extensión y, tras la puesta en plenas condiciones de rendimiento y productividad, crear los puestos de trabajo que la hagan autosuficiente y generar un ecosistema de Economía Circular en el que los emprendedores y emprendedoras puedan desarrollar actividades que les conduzcan a evaluar la viabilidad de sus proyectos, generando conciencia ecológica y sensibilización medioambiental. “En ADESCO somos emprendedores sociales, trabajamos con personas en precariedad. Nuestro interés no es solo dar a estas personas un ámbito donde puedan a cultivar. Nuestra intención última es que este recurso sirva para mantener puestos de trabajo, bien por cuenta propia o ajena”. 

 Tanto Ángel Ramos como Javier Aparici son conscientes de lo ambicioso del proyecto “porque crear empleos que se mantengan es un reto”. No obstante en estos años han conseguido cultivar más de dos hectáreas del terreno de forma ecológica, consiguiendo producciones de hortalizas, frutas y vides que, en pocas cantidades distribuyen a través de la cooperativa Biocanarias y a comedores sociales gestionados por Cáritas. 

Calendario de producción

Adesco

Forma de comercialización

Venta directa en la finca, ferias y redes sociales
Marca
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Verduras y hortalizas

Papas, batatas, puerros, cebollas, sandías, melones, tomates, pimientos, calabacinos, calabazas, millo, habichuelas y cilantro.

Poner en explotación las tierras de la Finca de El Viso que estaban plantadas con vides pero en con un gran abandono, les llevó un tiempo, pero ya han conseguido transformar más de tres hectáreas del antiguo viñedo original en cultivos de hortalizas, extrayendo las viejas vides y sus infraestructuras de cultivo en espaldera; labrando los campos, aportándoles abonos que se producen en la finca, instalando los circuitos de riego, e iniciando las plantaciones, cultivos y recolecciones. Se han puesto en producción distintos tipos de cultivo acondicionados a la época del año. Actualmente se producen papas, batatas, puerros, cebollas, sandías, melones, tomates, pimientos, calabacinos, calabazas, millo, habichuelas y cilantro.

 La finca consiguió la certificación oficial de cultivo ecológico  a principios de agosto de 2017,  lo que es un logro que les permite aumentar el valor añadido de sus productos y mejorar sus condiciones de comercialización.  

 Pero, junto a las prácticas de agricultura para lo que se ceden parcelas a las personas interesadas, ADESCO también da la oportunidad a quienes quieran emprender alguna actividad relacionada,  como la transformación de frutas en mermeladas, producción de guarapo o la consecución de lixiviados de lombriz, que luego se emplea en la propia finca como nutriente de la tierra. “Lo que buscamos  es facilitar a personas que vienen con proyectos de economía circular, el desarrollo de su idea en las instalaciones de la finca y analizar si su proyecto tiene viabilidad en el mercado real”. 

 ADESCO ayuda a estas personas emprendedoras, dándoles visibilidad mediante las ferias que organiza en la finca y  las convocatorias que realiza en redes sociales, para que la gente interesada acuda a conocer y a comprar los productos que elaboran. 

  La Asociación ha solicitado al Ayuntamiento de Telde la activación de la parte recreativa de la Finca con la creación de un Aula de Naturaleza y un Alberge Juvenil y confía en que pronto sea una realidad para poder realizar más actividades formativas. 

 ADESCO es una asociación sin ánimo de lucro que recibe ayudas de las administraciones públicas como el Cabildo de Gran Canaria y de empresas privadas para financiar proyectos de emprendeduría concretos.. Estas subvenciones  son las que hacen posible que se mantenga la actividad agrícola de la finca y que se celebren los cursos que se imparten. Los 15 socios que forman la Asociación, incluidos su presidente y su secretario, no reciben ningún salario a pesar de que se ocupan de la administración y de la gestión de la finca.  Gracias a esas subvenciones el proyecto se puede mantener y contratar al personal necesario para, sobre todo, poder mantener los cultivos.   

  Javier Aparici considera que aunque la Finca El Viso, hoy en día, sea aún un experimento socioeconómico, sus muchas posibilidades de consolidarse y llegar a ser escalable y replicable, podría llegar a servir de diseño de intervención de los recursos agropecuarios públicos en desuso para, a través de una Empresa de Inserción, activar la economía endógena, el empleo digno y el respeto medioambiental en Gran Canaria. 

“Todo ello, afirma, supondría la plena activación de un recurso público por iniciativa de la propia Administración, con la colaboración en su desarrollo de una entidad sin ánimo de lucro, para ofrecer a la comunidad productos y servicios de interés social, económico y medioambiental”.